5 1 En el tercer día, cuando cesó de orar, Ester[33]
se puso los atuendos reales y se paró en el
patio interno del palacio del rey, frente a los aposentos del rey. El rey estaba sentado en su
trono real en el aposento del rey, frente a la entrada al aposento. [1a Y estando espléndidamente
arreglada, [y] habiendo clamado a Elohim, el Supervisor y Preservador de todas las cosas, ella
tomó sus dos sirvientas, y se apoyó sobre una, como una delicada fémina, y la otra siguió
llevando su cola. 1b Y ella estaba radiante en la perfección de su belleza; y su rostro estaba alegre, y si fuera benevolente, pero su corazón estaba cargado de temor. 1c Y habiendo pasado por todas
las puertas, ella se paró delante del rey; y él estaba sentado en su trono real, y él se había puesto
todos sus gloriosos atuendo, cubiertos todos con oro y piedras preciosas, y fue muy terrible. 1d Y
habiendo levantado su rostro resplandeciente con gloria, él miró con intenso enojo, y la reina
cayó, y cambió su color según se desmayó; y se inclinó sobre la cabeza de la sirvienta que fue
delante de ella. 1e Pero Elohim cambió el ruaj del rey delicadamente, y con intenso sentimiento él
saltó de su trono, y la tomó en sus brazos, hasta que ella se recuperó, él la consoló con palabras
apacibles, y dijo a ella: 1f "¿Cuál es el problema Ester? Yo soy tu hermano, sé de buen ánimo, tú
no morirás, puesto que nuestro mandamiento está abiertamente declarado a ti, acércate.]
2 Y
habiendo levantado su cetro de oro, él lo puso en su cuello, y dijo: "Háblame." [
2a Yo te vi a ti, mi
señor, como un malaj de Elohim, y mi corazón estaba atribulado por temor a tu gloria; pues tú,
mi señor, eres para asombrar, y tu rostro esta lleno de gracia. 2b Y mientras ella estaba hablando,
ella se desmayó y cayó. El rey estaba afligido y todos sus sirvientes la consolaron.]
3 Y el rey
dijo: "¿Qué es lo que quieres, reina Ester y cuál es tu petición?" "Lo que sea que pidas, hasta la
mitad del reino, te será dado." 4 Y Ester dijo: "Hoy es mi gran día, si le parece bueno al rey,
permite que el rey y Haman vengan hoy al banquete que yo he preparado para él." 5 El rey dijo:
"Traigan a Haman rápidamente, para lo que Ester ha pedido pueda ser hecho." 6 En el banquete el
rey dijo a Ester: "¿Cuál es tu petición reina Ester?" 7 Entonces Ester respondió: "Mi petición, lo
que yo quiero, es esto: 8 si he obtenido el favor a la vista del rey, si le place al rey otorgar mi
petición y hacer lo que yo quiero, que el rey y Haman vengan de nuevo al banquete que yo
prepararé para ellos; y mañana yo haré lo mismo."
9 Ese día Haman salió al rey alegre y de buen ánimo. Pero cuando Haman vio a Mordejai a
la puerta del rey, que él: no se levantó ni se movió por él, Haman se enfureció con Mordejai.[34] 10
No obstante, Haman se restringió y se fue a casa, donde llamó a sus amigos y a su esposa Zeresh.
11 Haman se jactó ante ellos acerca de su vasta riqueza, sus muchos hijos, y todo lo relacionado a
cómo el rey lo había promovido y le había dado precedencia sobre los príncipes y sirvientes del
rey. 12 "Ciertamente," Haman añadió, "Ester la reina no permitió a nadie ir al banquete con el rey
excepto a mí; y mañana también yo estoy invitado por ella, junto con el rey.[ 35] 13 Aún nada de
esto me complace, mientras tenga que seguir viendo a Mordejai el Yahudi que permanece
sentado a la puerta del rey." 14 A esto Zeresh su esposa y todos sus amigos le dijeron: "Haz que
edifiquen una horca de setenta pies de alto, y en la mañana habla con el rey para que ahorquen a
Mordejai en ella. Luego entra, y disfruta con el rey en el banquete." A Haman le gustó la idea, así
que hizo edificar una horca.[ 36]